Iluminate tú, ilumina a los tuyos
Muchas veces me da miedo pensar que nadie entiende lo que quiero escribir.
Muchas veces creo tener los ojos vendados o puede que tenga tanto miedo que los cierre fuertemente. Con lo fácil que es abrirlos para ver la verdad.
Poder huir con una mirada desconocida y llevar como equipaje tus pies, tus brazos y tu cabeza. Pero los problemas no se solucionan solos.
Cuando te rindes... a ti mismo te estás fallando, tú eres quien tienes las riendas de tu propio carro, levanta la barbilla y olvidate de dar pena, pues no hay error más grande que tomar el camino fácil. Tu peor enemigo puedes ser tú mismo, limpia tu mente, oxígena tu espiritu.
Esfuérzate por mirar adelante, porque solo existe un Norte y hay que seguir a la estrella Polar.
Cada mañana, cuando te levantas legañoso y hastío, camines a duras penas, rozándote con las paredes del interminable pasillo que te lleva de tu habitación hasta el cuarto de baño y observes tu imagen que se refleja en el espejo, solo debes decirte: "El Sol tendrá que cubrirse los ojos porque hoy voy a brillar".
Ponte tu cara de póker, cruza el parque en busca del viento que te dé un nuevo aire para ver como comienza y las causas que lo causan. Entonces saca a dar un paseo a tu dignidad y una vez por siempre, plantale cara al mundo. No más sonrisas si son falsas. No más mentirosos ni sus metiras. No más odios sin motivo. Enseña tu dedo corazón a ese tipo de comportamiento que tanta repugnancia te producen y que solo tristeza y aburrimiento causan.
Sabes que tanto esfuerzo te va a hacer sudar, sí, pero eso será sudar con elegancia