¡¡No al terrorismo!! ENEMIGO IDENTIFICADO
Es una realidad que el gran enemigo de las sociedades occidentales en este siglo XXI es el terrorismo. El terrorismo islamista, el terrismo global, el terrorismo totalitarista que quiere atentar contra los derechos y libertades que tanto esfuerzo y tantos siglos le han costado a las sociedades occidentales ganarlos. El terrorismo ha declarado una guerra a Occidente, una guerra difusa, sin fronteras y con soldados difícilmente identificables, que suelen vivir entre nosotros y que así se benefician de los mismo derechos que repudian. Ese enemigo que nos hostiga no responde a circunstancias ni agravios particulares sino que se alimenta de un fundamentalismo que no soporta los principios de igualdad social y libertad que representan las democracias. Odia la libertad, odia la igualdad, odia la fraternidad y odia compartir.Convendría reflexionar en esto ante la avalancha de explicaciones, comparaciones y motivaciones que se nos viene encima. Convendría tenerlo claro, pues si la confusión persiste y señalamos con el dedo acusador a quien no corresponde lo acabaremos pagando, probablemente, con mayores desgracias y horrores. Quien señala la guerra de Irak como causa no puede olvidar que el atentado del 11-S fue anterior, y que el atentado en aquella discoteca en Bali poco tenía que ver con ese tipo de razonamientos. Es posible que una intervención en Irak sirva de poco o nada para combatir el terrorismo, y que de poco o nada pueda servir la misma en Afganistán donde vamos a enviar más soldados. Lo que es seguro es que en nada contribuye desviar las culpas y eximir de responsabilidades a los terroristas.
Viene al caso el ejemplo de la segunda guerra mundial que siempre que sale este tema suelo mencionarlo por cuanto significó de lucha contra un totalitarismo y he reseñado el tremendo error que supuso hacer concesiones a la Alemania nazi bajo un falso sentimiento de culpa. Quizá otra política no hubiese evitado una confrontación, porque probablemente ésta entraba en los planes de Hitler de cualquier modo y cualquiera que fuera la excusa que encontrara para ello. Pero esa falta de anticipación fue una pérdida de tiempo y, quizá, supuso una mayor pérdida de vidas. Algo parecido sucede en las sociedades de hoy en día. Es cierto que la pobreza y la exclusión social albergan la semilla del terrorismo. Pero eso no quiere decir que quienes finalmente eligen actuar como terroristas son desequilibrados víctimas de las circunstancias. Como dice Fernando Savater, existe una tendencia contemporánea a descargar a los individuos de sus reponsabilidades negativas cargándolas a cuenta del "sistema social", la influencia de los medios de comunicación, los traumas infantiles, etc. Para estar seguro de no ser tatado como culpable se acepta ser irresponsable y en ese juego no podemos entrar con los terroristas. Por una razón que puede resultar paradójica: en la medida que no les consideramos culpables y no exigimos un castigo, les privamos de la misma libertad que defendemos.
El enemigo es el terrorismo. El agresor es el culpable. Todo lo que podamos hacer para para eliminar los elementos que ahora conocemos que lo alimentan, bien estará. Pero sin olvidar lo primero y sin dejar de estar dispuestos a defendernos enérgicamente de quienes ya han decido agredir.
2 comentarios
Lihly -
Con respecto a lo que estaría bien hacer o dejar de hacer, soy de las que creen que ninguna es la solucion, ya sabemos cual es. Y esta claro que no será de parte de ningun politiquillo ni ninguno hombre de "buena intencion"
No tengo mucho mas que decir despues de leer un articulo tan bueno pero no podía menos que hacer acto de presencia para comentar y recordar los tiempos en los que vivimos para que así todos juntos aguantemos un poquito más y lleguemos a donde todos queremos llegar.
Besitos
Lihly
Raquel -